Si comprar el pan, no es cosa fácil.
El pan ha tenido un peso importante en mi historia, aunque no
lo como diario y soy de paladar más amante de lo salado, tipo tacos y pozole,
las tortas compuestas, como la de milanesa, son el mejor concepto de comida
rápida que existe en México, nutritivas, variadas y fáciles de comer, pues no
requieren el uso de cubiertos pues las teleras lo resuelven todo: superiores a
cualquier sándwich, hamburguesa o jotdog.
Cada vez que a casa llegaba un huésped, recibía la lección de
cómo debe uno comprar el pan de dulce para la merienda, sencillo e infalible.
Mamá indicaba: cuando vayas a comprar el pan debes contar el número de personas
para quienes lo harás, deberás procurar la variedad pero nunca jamás escoger
una pieza de cada estilo sin ton ni son, la principal regla es que cuanto pan
selecciones sea porque es de tu agrado y podrás comerlo con gusto. Esa es la
forma en la que garantizarás que todas las piezas sean consumidas.
Si alguna vez el acomedido huésped se adelantaba a la
panadería sin recibir la lección, invariablemente compraba una o dos piezas de
pan que nadie escogía para comer, quedándose huérfanas y haciéndose viejas y
duras. Entonces se hacía evidente que, quien había comprado el pan, no sabía
cómo hacerlo.
En un panorama ideal, cuando las familias se conocen, la pauta
para comprar el pan debe ser en función de los gustos, de si tienen el hábito
de compartirlo, del número de piezas que cada quien acostumbra ingerir o las
restricciones nutricionales por aquello de los azúcares y las grasas. Pero
cuando el encargado de comprar el pan no tiene esa información, la mejor pauta
es la de no escoger dentro de la mayor variedad, ni una sola pieza que no guste
al comprador, además de tener la deferencia de ser el último en tomar su pan de
la merienda o del desayuno, como cortesía frente a los demás paladares, pues
seguro la pieza que quede, se la podrá comer con mucho gusto.
Algunos paladares gustan del pan de agua, tipo español, que no
contiene nada de azúcar similar al bolillo, ideal para chocolates y cafés con
leche. Otros aprecian el bísquet de sal, como el que hacen en los cafés de
chinos. Lo cierto es que hay una enorme gama, de lo más fino y ligero a lo más
pesado y tosco. ¿Quién completa la lista de panes? Ladrillo, piedra, concha,
chilindrina, cocol, beso, Magdalenas, panqué, bísquet, cuerno, hojaldra,
trenza, reja, espejo, polvorón de azúcar, de cacahuate, cubilete, marquesote,
oreja o palmera, mantecada, de Astorga, dona, berlinesa…