jueves, 14 de marzo de 2013

Papa Bibi


Si comprar el pan, no es cosa fácil.

El pan ha tenido un peso importante en mi historia, aunque no lo como diario y soy de paladar más amante de lo salado, tipo tacos y pozole, las tortas compuestas, como la de milanesa, son el mejor concepto de comida rápida que existe en México, nutritivas, variadas y fáciles de comer, pues no requieren el uso de cubiertos pues las teleras lo resuelven todo: superiores a cualquier sándwich, hamburguesa o jotdog.

Cada vez que a casa llegaba un huésped, recibía la lección de cómo debe uno comprar el pan de dulce para la merienda, sencillo e infalible. Mamá indicaba: cuando vayas a comprar el pan debes contar el número de personas para quienes lo harás, deberás procurar la variedad pero nunca jamás escoger una pieza de cada estilo sin ton ni son, la principal regla es que cuanto pan selecciones sea porque es de tu agrado y podrás comerlo con gusto. Esa es la forma en la que garantizarás que todas las piezas sean consumidas.
Si alguna vez el acomedido huésped se adelantaba a la panadería sin recibir la lección, invariablemente compraba una o dos piezas de pan que nadie escogía para comer, quedándose huérfanas y haciéndose viejas y duras. Entonces se hacía evidente que, quien había comprado el pan, no sabía cómo hacerlo.

En un panorama ideal, cuando las familias se conocen, la pauta para comprar el pan debe ser en función de los gustos, de si tienen el hábito de compartirlo, del número de piezas que cada quien acostumbra ingerir o las restricciones nutricionales por aquello de los azúcares y las grasas. Pero cuando el encargado de comprar el pan no tiene esa información, la mejor pauta es la de no escoger dentro de la mayor variedad, ni una sola pieza que no guste al comprador, además de tener la deferencia de ser el último en tomar su pan de la merienda o del desayuno, como cortesía frente a los demás paladares, pues seguro la pieza que quede, se la podrá comer con mucho gusto.

Algunos paladares gustan del pan de agua, tipo español, que no contiene nada de azúcar similar al bolillo, ideal para chocolates y cafés con leche. Otros aprecian el bísquet de sal, como el que hacen en los cafés de chinos. Lo cierto es que hay una enorme gama, de lo más fino y ligero a lo más pesado y tosco. ¿Quién completa la lista de panes? Ladrillo, piedra, concha, chilindrina, cocol, beso, Magdalenas, panqué, bísquet, cuerno, hojaldra, trenza, reja, espejo, polvorón de azúcar, de cacahuate, cubilete, marquesote, oreja o palmera, mantecada, de Astorga, dona, berlinesa…