Desde el comienzo de mis tiempos conocí la leyenda de Jesús de Galilea y de la existencia del Cristianismo como una filosofía difícil de seguir como manera de vida, y más para sus seguidores que para otros que aunque influidos, nos apegamos a otras corrientes del pensamiento. Poco a poco fui aprendiendo a reconocer rituales católicos y desde muy joven conocí disputas familiares auspiciadas desde las competiciones entre las Iglesias.
La era de Discovery Chanel, National Geographic y el Código Da Vinci, han venido a aumentar las fuentes de controversia sobre la leyenda que por siglos fue monopolio de algunas instituciones.
De esos documentos en video es que tengo la certeza de que no hay registro histórico de él, no así de su leyenda y la filosofía surgida a partir de ella.
La humanidad ha contado con infinidad de revolucionarios y reformadores, y muchos de ellos han surgido del interior de las propias estructuras de gobierno o religiosas. Justo los siglos de historia de la actual Iglesia Católica nos dan importantes evidencias de esa constante humana. Sin tener los datos genealógicos de las iglesias cristianas en el mundo, tengo la impresión de que todas vienen de la misma, que a muy temprana hora se fracturó.
Alrededor de mis doce años descubrí que existían los cristianos ortodoxos. Recuerdo haber aprendido que había Popes en lugar del Papa en el Vaticano. Pero no fue sino hasta mis 35 cuando estuve en un bautismo de esa Iglesia.
En la vocacional me tocó revisar la historia de la Iglesia Católica a partir de la reforma luterana y calvinista. La jerarquía católica corrupta que vendía indulgencias y escrituras de acceso al paraíso dio paso a una nueva visión que proponía un trato directo entre los creyentes y su Dios, sin la intermediación de esa dañina estructura. Creo yo, que esa fue la bandera de salida para el surgimiento de la infinidad de iglesias cristianas, unas más otras menos institucionalizadas.
Sin haber estudiado La Biblia , percibo una disociación entre las viejas y las nuevas escrituras. La fundamental es la descripción de un Dios que cambió, en el año cero.
Gracias a que la religión judía sobrevive hasta nuestros días; por supuesto que sin el reconocimiento en sus preceptos de un nuevo conjunto de narraciones sobre la leyenda de Jesús; es que lo concibo, como la de un reformador, un revolucionario que sin dejar de creer en las reglas religiosas de su pueblo y en el origen de la vida y de la historia que le enseñaron sus padres, quería introducir el precepto del amor como ley de las conductas del hombre. De ese amor sin distingos habla la leyenda con innumerables pasajes.
La razón para este sobrevuelo de pájaro sobre los reformadores religiosos o institucionales (y porque mi ignorancia no permite más profundidad); de los que hay muchos más y que dieron origen al Islam y a la Iglesia Anglicana , por citar dos; es porque ayer domingo asistí a un oficio religioso de una comunidad LGBTI cristiana. En esto de las reformas a la práctica del Cristianismo hay quienes están buscando dar el paso hacia la inclusión y reconocimiento de la diversidad sexual, y reinsertar e involucrar a los humanos estigmatizados como seres equivocados y contrarios al designio divino.
Son una comunidad que desde 2004 se reúne para estudiar La Biblia apegados a la propuesta interpretativa que confirme el amor inclusivo de su Dios y abiertamente opositores a las interpretaciones que sean utilizadas para alejar; a las lesbianas, a los gay, a los bisexuales, a los transgénero, a los transexuales, a los intersexuales; con la condena por culpas, sufrimientos y amarguras.
Ellos saben que pueden ser confundidos con los que con falso amor se acercan para sanarnos o salvarnos, pero no, desde la diversidad sexual buscan el amparo del amor con el que quizá sanen y salven del miedo, a quienes les temen por sus orientaciones sexuales.
Así, esta Comunidad Cristiana Inclusiva e Interdenominacional, aprovechó la fiesta de Palmas o Ramos, en que rememoran el pasaje de la entrada de Jesús a Jerusalem.
Yo no dejo de ver como la principal contradicción del Cristianismo, fundarse en el Antiguo Testamento, que nos narra la leyenda de la historia del pueblo hebreo, pues el Dios ahí descrito, dictó muchas cosas por las que debería pedir perdón primero. Mucha blasfemia lo que sugiero, pero la sed de venganza y la ira que manifiesta contra algunos de los integrantes del pueblo judío merecen tal acción, justo para mostrar el arrepentimiento y congruencia del ejemplo de su amor. Por qué escribir un nuevo capítulo con nuevas reglas de convivencia, sin hacer la fe de erratas de todas las maldiciones proferidas con anterioridad. No hay código ni ley que no vea necesario abrogar la vieja norma sin vigencia, para que no exista confusión al implementar la nueva.
Y me atrevo a escribir este párrafo, porque hay cristianos que se basan en las prohibiciones y castigos contenidos en el Levítico (antiguo testamento) y en las condenaciones descritas en Corintios (nuevo testamento) para sentir que los hombres que nos echamos con varón como mujer o que somos afeminados debemos ser salvados de tales castigos terrenales y condenas eternas.
Ver al conjunto de escrituras hebreas como un código o ley seguramente es un error, tremendamente cometido por los cristianos, judíos y musulmanes, sin distingo de Iglesia ni de rango. Incluso hacen leyes derivadas o reglamentos como la Tora y el Talmud, el Corán o el Mormón.
La propuesta cristiana reformadora ahí está. En manos de los hombres gay y las mujeres lesbianas que creen en la leyenda de Jesús y su filosofía Cristiana. No tengo idea de si pronto vayan ellos a consagrar y a oficiar matrimonios entre personas del mismo sexo y bautismos a niños adoptados por parejas homo y lesbo parentales. Seguro que se irán topando con esas necesidades propias de su comunidad.
Hasta ahora, yo curioso había manifestado a mi amigo me compartiera los puntos bíblicos en donde no se condenaba la práctica homosexual. Un poco desilusionado volví a escuchar la misma cita bíblica que él me compartió hace un par de años y que se refiere al momento en que Jesús atiende la súplica de un Centurión romano, para que cure y salve la vida de su siervo amante, escrito por San Lucas en un pasaje en la población de Cafernaúm.
Pues Levítico y Corintios contra Lucas, antiguos conceptos contra nuevas interpretaciones. Creo que los reformadores de hoy tienen una gran cuesta que remontar. Lo cierto es que ningún reformador ni ninguna revolución han tenido el camino libre.
Cuando los pastores, los sacerdotes, o los fervorosos creyentes son homofóbicos, expulsan de sus vidas a otros creyentes que hoy pueden encontrar en este grupo cristiano un equipo de iguales dispuestos a darles soporte espiritual. Doy gracias de no haber sido víctima espiritual porque no imagino la angustia, el horror de vivir maldito mi vida, sabiendo que la sentencia al morir es tan grande.
Emaús no es la única congregación cristiana. Tengo entendido que ha habido otros esfuerzos previos y por ejemplo la iglesia anglicana tiene también largo recorrido al respecto. Emaús, vida en abundancia es la que tuve fortuna de conocer en esta semana de recuerdos cristianos.