lunes, 16 de julio de 2012

Marcel




Yo soñé, que cuando tú soñabas, él soñando estaba.

Mientras ella soñara, que nosotros soñamos juntos,
mi sueño con el que ustedes soñaron antier,
sería el que vosotros soñareis mañana.




Cuando nos referimos a los sueños que experimentamos al dormir, por lo regular utilizamos el verbo soñar, lo que deja abierta la posibilidad de sentir o percibir que la materia de nuestros sueños, son sucesos fuera de nuestro control o no, que dependen de comunicaciones de otros mundos, de otras vidas, de otras dimensiones, o bien de motores y frenos internos.

Ya mi madre había sugerido siempre, que podemos planear o desear lo que vamos a experimentar en los sueños. Hay quienes afirman que la mayor parte de las veces pueden improvisar durante el sueño, sin despertar y hacer y sentir lo que les plazca. Otros describen, por el contrario, la total impotencia de detener su sueño para despertar y abandonar el dolor, el miedo, la fea sensación surgida durante un sueño.

En otro momento, ya adulto, también mi madre me compartió que había aprendido que todos los objetos, personajes, sensaciones, emociones, escenarios, historias y circunstancias presentes durante un sueño son creaciones exclusivas del sujeto que duerme. La explicación que algunos creen de que los sueños son mensajes y contenidos de origen ajeno, como advertencias de nuestros muertos o dioses, de amados distantes, lugares o personas desconocidos al otro lado del orbe o del Universo, no ha sido probada.

Pero el gran cambio, en el concepto de lo que es un sueño, me lo presentó mi amiga Silvia. Es común decir: Yo soñé. Y ella comenzó su relato de una manera diferente, como nunca lo he escuchado a nadie más iniciar: Yo hice un sueño…

Y no es que ella o cualquiera pueda decidir lo que sueña con toda premeditación, alevosía y ventaja, pero sí es diametralmente opuesto reconocer la absoluta autoría del contenido del sueño, aún y cuando no entendamos la motivación del mismo. Modifica el punto de partida. Así dejamos de atribuirle orígenes ajenos y mejor reinterpretamos nuestras posiciones, sentimientos, emociones, miedos y deseos con nuestro interior y con lo que nos parece cerano y lejano, al otro lado del Universo.

Pues en el uso de este libre albedrío, ayer noche, hice un sueño amoroso. Mi querido Caníx fue el protagonista, él me daba una función de teatro o representaba un pequeño sketch en donde asumía el personaje de un gato y en otros momentos como si estuviera recorriendo, cual perro, un jardín con árboles, plantas y muchas esquinas para marcar en su territorio. Su director de escena había sido Marcel, mi amigo francés, quien le había puesto el montaje y lo dirigía desde la cocina. Caníx era mejor histrión que un perro amaestrado, pues lograba expresiones faciales de inteligencia, interés y alegría, deambulaba en distintas posiciones, simulando que alguna “presa” le atraía, un pajarito en el pasto, otro perro paseando. Cuando hizo de gato, se contoneaba cual sensuales son aquellos, que Caníx tiene lo suyo (es un perro muy sensual), sobándose entre las patas de las sillas y las piernas del auditorio que lo veíamos extasiados de felicidad. Éramos mi madre y mis primas, ella desde la cocina y ellas en el comedor. Yo en la sala, vimos todo el número, mientras Marcel daba ciertas señales casi imperceptibles para mí, y por supuesto que desconocidas, pues él y Caníx habían preparado en secreto la función. Yo imaginaba que el espíritu de Marceau, el mimo, había sido importantísimo en la preparación de mi perro.

Fue un sueño breve y lindo, con tal energía que al finalizar cobré consciencia de que había hecho y vivido una formidable historia, y sin despertar tomé la decisión de escribirlo al despertar hoy lunes. Es extraño ese momento, en que sin despertar, pues no abro los ojos, y mientras me acomodo en la cama nuevamente para continuar durmiendo, decido repasar las escenas y refuerzo la necesidad de contarlo escribiéndolo.

LA POLA, amar la hizo libre


Pueblo indolente, de miserables que no hacen nada para cambiar el rumbo de la Patria

Así se refirió Apolonia (Policarpa) Salavarrieta “La Pola” al pueblo de Cundinamarca, Santa Fé de Bogotá, en el momento previo a su fusilamiento, ordenado por el representante del Rey de España en el Virreinato de la Nueva Granada.

Una telenovela colombiana, realizada para celebrar el Bicentenario de su Independencia y que fue transmitida con los más altos índices de audiencia (allá, porque aquí estuvo perdida en el horario de las 3pm en Canal 28) durante su transmisión que finalizó el mismísimo día en que se celebró la fiesta nacional por la culminación de las guerras de independencia (27 julio 2011), me ha entretenido, divertido, emocionado e ilustrado en los últimos meses y hasta hoy 13 de julio.

Una historia basada en hechos reales, pero novelada en las historias personales, íntimas y familiares de sus protagonistas. Mostró que una mujer mestiza, fue forjada por los hechos de discriminación y explotación, hija de un campesino, con una decena de hermanos, y la enseñanza que de los Derechos del Hombre y del Ciudadano llevó a su espíritu a través de la traducción al español que hiciera Antonio Nariño, hombre de origen noble y que pagó con la cárcel y el destierro semejante afrenta al estado de cosas monárquico.

Sirviendo para otra familia de origen noble, la de un Oidor de su Majestad, a escondidas de su padre, aprendió a leer y a escribir, ilustrándose con los textos de la mexicana Sor Juana Inés de la Cruz. Ella por su condición de mestiza sirviente de los americanos peninsulares, pudo articular en distintos momentos, los anhelos y las ideas de libertad e igualdad que sentían y guiaban tanto a hombres de origen noble, como campesinos mestizos y mulatos, esclavos de origen africano, empresarios ibéricos y americanos manchados de la tierra y mestizos con familiares indios. En la teleserie incluso se le mostró como una excelente embajadora entre géneros, o entre los sexos, pues hasta ese tiempo era inconcebible que una mujer participara de la cosa pública y actuara en pleno campo de batalla y con decisiones para la guerra.

La creación colombiana La Pola, fue además de un valioso homenaje a la historia Patria de América, un esfuerzo por posicionar en equidad los papeles de las mujeres y los hombres. A lo largo de la emisión, se mostraron los cambios graduales en la construcción de sus propias convicciones, pues como mujer criada en el siglo XVI tuvo que evolucionar sus propias ideas de subordinación con las que fue educada, de obediencia a la Iglesia y a la autoridad masculina, hacia una convicción plena de su ser femenino y deseoso de libertad, de su ser mujer igual de valiosa que el hombre del que ella estuvo enamorada y a quien tuvo que obligar a crecer y salir de su propio encasillamiento machista de género.

Junto con ella, observamos adquirir conciencia a los conformistas con el régimen monárquico, con el régimen de castas y de clases, con la inequidad de género, con la injusticia económica, con la desigualdad frente a las leyes por razón racial, económica y de origen. Unos pasaron de ser defensores absolutos del Rey de España, a ser defensores de la soberanía americana. Otros dejaron su aire de superioridad por pertenecer a una clase o a una raza, a reconocer lo valioso y armónico de considerarnos en igualdad entre los humanos. Los hombres ilustres, muy versados y leídos tuvieron que aceptar la igual capacidad de las mujeres para entender, opinar, crear e innovar a la par suyo.

Por su alto realismo, la historia novelada no tuvo los aires acartonados que yo he sufrido en las producciones históricas de la televisión mexicana, donde los próceres son cuidadosamente interpretados como sujetos poco humanos.

Fue muy emocionante observar las dificultades que se presentan en la construcción democrática de un país, particularmente la oposición que implementan los empresarios y las familias que temen perder sus “privilegios”. El mismo miedo al socialismo o al comunismo que hoy existe, existió antes de las propuestas marxistas. Y extrañamente esos mismos nobles de entonces, comerciantes otros, hacendados, convencían y dominaban a sus sirvientes, trabajadores y esclavos, apoyados siempre en la Santa Madre Iglesia, no así algunos sacerdotes que como en México José María Morelos y Pavón, tenían inteligencia y valor para enmendar y corregir lo que la jerarquía les mandaba, encomendándose a los valores superiores dictados desde el Vaticano.

En la historia colombiana, los años en que se libró una guerra intestina, entre bandos federalistas o centralistas, entre monarquistas y patriotas, fue llamada de los años bobos. Muy a doc el nombre para los años bobos mexicanos 2000 a la fecha, en donde no hemos sido capaces de consolidar un régimen auténticamente demócrata, pues a la mayoría la continúan mareando los mismos empresarios y sus empleados, ambos temerosos de perder sus privilegios, que hoy no son tener algún título de nobleza o prestigio por no ser mestizos o de origen ibérico, sino que hoy son sus autos, sus casas y sus membresías y hábitos consumistas.

Hoy que siento por todos lados, que vivimos en un México de Los Miserables, el personaje colombiano reclamó a todos los reunidos en la plaza principal de Santa Fe el día de su fusilamiento, con la misma palabra. Parece fuerte atribuir la calidad de miserable a otro, sin embargo, Víctor Hugo hizo una relato extenso sobre las diferentes maneras que tiene la humanidad para ser miserable consigo misma, creída que sólo le está haciendo daño “al otro” en el afán de “sobrevivir”.

También sabemos que la madre de todas las miserias es la pobreza, y es en ella, en la miseria económica que está inmersa la inmensa mayoría de los mexicanos. Esta miseria permite el comportamiento miserable de servir a la causa de otros miserables, promoviendo el voto y vendiéndolo para que las cosas se mantengan sin cambio. Se juntan y asocian los que viven conformes y bajo el poder corrupto; pero que son de ética y moral miserables; con los que sin dinero, en medio de la miseria económica no tienen consciencia de su libertad y aceptan su sensación de imposible escapatoria de la explotación y la opresión. Ambos ejecutan corruptelas, fraudes y cohechos de los que otros no se indignan, pues sus bienes personales y familiares quedaron “a salvo”, ya que mantienen sus empleos y prefieren no sumarse a la indignación por los abusos e injusticias que la sociedad vivimos, acogiéndose a su miserable moral, que les acojona para ser solidarios, y gritar su indignación por las corruptelas y los fraudes cometidos. Hoy prefieren algunos tragarse el cuento de que tuvimos una elección honesta en un país justo: el México de los Miserables.

Parece que un libro de cabecera debiera ser aquél donde se muestre que hay hombres y mujeres que dan la vida en aras de un ideal colectivo terrenal, en el que todos mejoremos nuestras condiciones de vida, y si somos o creemos ser de los privilegiados, sintamos la empatía con los que no lo están. Y para los que no leemos lo suficiente, nos vienen bien las vidas de los luchadores sociales llevadas al cine y a la televisión.

Algunos reprueban o rechazan el papel rebelde en las personas, de crítica constante e indignación contra las injusticias de cualquier tipo. Se les ocurre sugerir que hay una amargura constante en esos afanes, un dolor subyacente y un rencor perenne, en lugar de contemplar que son valores superiores, de optimismo y alegría que nos permiten mantener la vida y no claudicar en aras de lo que pensamos es una sociedad mejor. Aún y cuando no nos alcance la vida para verla.

viernes, 1 de junio de 2012

El orgullo y la solidaridad


En febrero de 2010, a mis 38 años anuncié al mundo que me conoce que era homosexual.

De siempre sentí que lo era, pero había crecido construyendo un futuro tradicional heteronormado. Aprendí a ser honesto, sincero, analítico y amable entre otras enseñanzas familiares. Crecí acompañado de un terapeuta desde los 10 años en que la incomodidad me hizo resistirme a la escuela. Entrevistas aisladas primero, psicoanálisis de los 13 a los 15 años en mi primera temporada y así hasta la quinta temporada con tres especialistas y un tratamiento temporal psiquiátrico por cuestiones de depresión crónica leve: distimia.

En el proceso de salir del closet fue medular la muerte de mi madre, como el más fuerte obstáculo, y mi incursión en Internet que me permitió descubrir que en el mundo había mil millones más homosexuales de los que yo percibía.

En 38 años sólo había enfrentado una pregunta frontal sobre mi sexualidad. Pese a haber aprendido y optado a decir siempre la verdad, por omitir y no compartir con nadie lo que sentía y lo que había vivido, desarrollé un enorme miedo a embriagarme aunque mis terapeutas me aseguraban que los borrachos sólo dicen lo que quieren decir. Tampoco tuve necesidad de mentirle a nadie. Ni tuve la necesidad de inventar historias para ser valorado, gracias al escudo del closet y porque todos tenemos valores. Los míos, por fortuna, fueron reconocidos por toda mi familia y mis amigos.

A la única persona que le mentí fue a mi amiga Vian quien preguntó ¿eres gay?, y a mi primo David, le evadí en su charla; con la que me invitaba a buscar un compañero de vida; la afirmación o negación de mi orientación.

De la fecha del anuncio al momento de sentirme tranquilo y feliz con mi orientación, aún tendrían que suceder más cosas, en particular enfrentarlo públicamente, rostro a rostro con los amigos y la familia. Comencé a conocer el mundo de la diversidad, con miles de personas que salen a Marchar para vivir, celebrar y luchar por sus intereses. El mundo del arcoiris me deslumbró porque es multitudinario, ajeno al mundo en el que yo me había desenvuelto. En la Ciudad de México son numerosos los restaurantes, clubes, cines, centros comerciales, bares, antros donde la libertad de ser prevalece, aunque siguen permaneciendo confinados a zonas o regiones.

Para no sentirme solo, pedí compañía para asistir a la primera manifestación. Rebeca y Ángela fueron mis madrinas y me acompañaron el día en que la Ciudad celebró las primeras uniones civiles entre personas del mismo sexo. En dos años participé en esa y conocí y comencé a aprender los mínimos de historia sobre el movimiento de lucha de los hombres y mujeres por el reconocimiento de la diversidad sexual.

De creer que era necesario aumentar la expresión discreta en donde la vestimenta “normal” debería prevalecer en una manifestación política; transfiriendo la extravagancia y la exageración de los trasvestidos y afeminados a un Carnaval en la ciudad; pasé a aprender y reconocer que la homofobia de la sociedad conservadora y tradicional retumba en horrorosos ecos amplificados al interior de muchos de los homosexuales que he escuchado y leído. Es pues, la homofobia interna, la más cruel y destructiva de las actitudes. Es muy duro de desterrar en nosotros, pues es refrendada por las instituciones religiosas entre otras.

En este año 2012 en que por un momento creí afortunadas las circunstancias que habían dado lugar a celebrar dos días de Marcha, mi alegría y orgullo se ha ensombrecido por la reflexión crítica e información reciente.

Cada 17 de mayo recordamos que la Organización Mundial de la Salud eliminó de la lista de enfermedades mentales a la homosexualidad, como hasta entonces había sido considerada por la sociedad médica. Si bien es un reconocimiento mayoritario, no es un criterio que compartan todos los especialistas en la materia. También es una realidad, que dentro de las estadísticas de trastornos de la personalidad, las personas transgéneros y los homosexuales en segundo lugar, son las poblaciones que más los padecen. Es pues una realidad que la población homosexual requiere un gran esfuerzo social para alcanzar su salud emocional. Los estudios antropológicos revelan que los homosexuales tienen mayores dificultades para colaborar en equipo y tienden al protagonismo en sus acciones, además de un alto índice en distintos grados de mitomanía. Y no porque estas características sean exclusivas de nosotros, sino porque presentan mayor frecuencia.

Apenas va una década en la que la desclasificación permite a la ciencia ver sin prejuicio las diferentes orientaciones, dando lugar a que se genere muy recientemente la información y el conocimiento de las distintas realidades humanas y permitir con ello, que la humanidad vaya cobrando mayores niveles de salud emocional. Es pues, poco el tiempo que las sociedades han tenido para aceptarse cual diversas son.

No tengo los respaldos bibliográficos de lo que les comparto, sin embargo tienen relación con lo que vivo y observo. La realización de dos marchas. La primera el 2 de junio que fue convocada y es patrocinada por los empresarios que ven en la diversidad sexual su mercado. Y la del último sábado de junio, el 30, en que los integrantes politizados y tradicionales se empeñaron en mantener en ese día, viva la lucha por los derechos universales, en memoria de la represión que hubo en Nueva York contra los homosexuales de aquella ciudad.

Es evidente que los líderas sociales, políticos y económicos de los homosexuales no locraron un trabajo en equipo, sino que sucumbieron a sus protagonismos. Seguro que esto no es privativo de nosotros, pues tenemos muchos ejemplos en las organizaciones sociales y en los partidos políticos, donde la práctica democrática arroja más víctimas visibles que la práctica autoritaria porque las mete a sus sótanos o bajo tierra.

Es simple y complicado manifestar el orgullo de ser gay, tan variado como ser mexicano. Estar orgulloso de lo que uno es, incluye verse las partes oscuras y destructivas, porque en la medida que reflexionamos sobre nuestras carencias podemos tomar impulso para transformarnos y tener una salida del closet verdadera, sin cargar con el lastre de la homofobia que aprendimos y los recursos de mentir o esconderse para sobrevivir o de inventar fantasías tomadas como realidad o protagonizar innecesariamente para obtener el reconocimiento.

Este JUNIO GAY se lo gritamos a los oscuros, que desde sus propios miedos nos quieren hacer vivir con miedo, y con solidaridad entre nosotros para en equipo colaborar y transformarnos.

Sábado 2 de Junio, frente a Cinépolis Diana, equipo de la Secretaría de Salud del Gobierno de la Ciudad de México.

viernes, 18 de mayo de 2012

17 de mayo VS HOMOFOBIA


Chinguen a su madre todos los pinches putos


El 17 de mayo es el Día Internacional para la Lucha contra la Homofobia y la Transfobia, debido a que en esta fecha del año 1990, la Organización Mundial de la Salud excluyó de la lista de enfermedades mentales a la homosexualidad.

Como apenas van un par de décadas, es una ardua tarea la que queda por hacer en el orbe, para que las culturas destierren los siglos de rechazo y discriminación en los que construyeron “justificaciones y explicaciones” médicas y religiosas para perseguir y castigar a las personas que gustan de otras de su mismo sexo, o que se trasvisten o transforman como el sexo opuesto.

Parte de esta tarea es que recordemos todos los antecedentes históricos que la humanidad tiene respecto de la normalidad y la realidad; desde el origen de los tiempos; de las personas memorables que tuvieron una vida homosexual.

Dentro del santoral cristiano católico están varios que datan de tiempos del Imperio Romano donde la vida homosexual en sus ejércitos era normal, pero que al convertirse al cristianismo fueron perseguidos y después de sus martirios, santificados. Ejemplo de estos son: San Nearco y San Polieucto, los dos San Teodoros, San Felipe y San Bartolomé, San Jorge y San Demetrio, Santa Felícitas y Santa Perpetua, San Sergio y San Baco. Estoy sorprendido de haber encontrado estos datos, que imagino cuestionables, pero que sin embargo, tienen hechos en sus vidas que llevan a presumir que fueron homosexuales y lesbianas, unos abiertamente y otros veladamente.

Anterior a los romanos, los griegos dejaron pruebas pintadas, esculpidas y escritas de su vida homosexual. En aquellos tiempos las mujeres eran consideradas un grupo de personas intermedio entre los esclavos y los hombres, por lo que el amor entre iguales, era considerado “superior y de mayor pureza”. Y no porque no vivieran felices los heterosexuales, pero la sociedad de aquella época no sancionaba las relaciones sexuales entre hombres adultos y adolescentes varones, como parte de la formación para las relaciones sexuales. Herodoto, Platón, Jenofonte y Ateneo fueron filósofos que discernieron sobre el amor homosexual.

Y de la historia reciente mexicana Juana de Asbaje (Sor Juana Inés de la Cruz), Frida Kahlo, Salvador Novo, Horacio Franco, Christian Chávez y Enrique Peña han escrito y vivido el amor y las relaciones homosexuales, lésbicas o bisexuales. Es extraño juntar a personas brillantes con las más oscuras, pero es útil el contraste para confirmar que al igual que entre todos los humanos, hay santos y demonios.

Justamente, como acciones de uno de esos demonios, en México el día no fue nombrado al igual que en el mundo, evitando llamar a las cosas por su nombre para no reconocer la problemática que estamos resolviendo. Felipe Calderón decretó el Día Nacional por la Tolerancia y el Respeto a las Preferencias. Ya habrá momento de corregir la negación que a tantos mexicanos convence; suavizar el conflicto, evadiendo el reconocimiento del problema de fondo. Siendo una sociedad clasista, amante de distinguir su rango, su estatus, su raza y demás diferencias, hubiera sido más útil un Día contra la Discriminación.

Una segunda acción, además de reconocer la homosexualidad tan vieja como la heterosexualidad y la bisexualidad, es hablar del tema y tomar posiciones al respecto, por lo que algunos amigos me invitaron a participar haciendo propaganda en las calles. Los puntos de trabajo: Paseo Madero del Zócalo a Bellas Artes y Paseo de la Reforma del Ángel a Niza. Puntos de mucha afluencia peatonal y vehicular.

El uniforme distintivo para protección y para ser visualizados fueron las playeras moradas con leyendas en amarillo invitando a vivir con amor y libertad y la instrucción para abordar a los ciudadanos era una pregunta relacionada con la aceptación o no de la diversidad sexual, por ejemplo: ¿Está usted de acuerdo con las uniones entre personas del mismo sexo?

Si la respuesta era afirmativa la persona merecía como recompensa una pulsera violeta, o un globo inflado con gas helio en particular si llevaban niños, y una mención pública con porras y silbidos que la reconocían públicamente como Persona Incluyente.

Si la respuesta era negativa o de falta de compromiso, como también tanto gusta decir a la gente: cada quien su vida, o a mí no me importa, debíamos entregar un mini cartel informativo que explicaba el concepto de Homofobia = Toda manifestación de rechazo a lo no heterosexual. Y también informaba de ¿Cómo prevenirla o cambiar el prejuicio?

Con los hijos enseñándoles el respeto hacia las personas y a aceptar la diversidad en todas sus formas y condiciones.

Y desde nosotros, abandonando el uso de palabras como “maricón” y “joto” (¿cómo olvidar al joven panista Juan Pablo Castro?).

Como tuvimos oportunidad de trasladarnos en turibús desde el Palacio de Bellas Artes al Ángel, fue una acción adicional el ir gritando las consignas alusivas al día y nuestra lucha, recogiendo saludos de peatones, automovilistas y personas en el transporte público y de turistas a bordo de otros turibuses. Comprendí entonces la difícil tarea de Miss Universo. Obtener la sonrisa y el saludo recíproco de aquellos a quienes sacas de su paseo, de su letargo, de su charla, de su abstracción a base de agitar las manos con el corto, corto, largo, largo y las palmas abiertas la sonrisa a todo. Fue muy divertido y confortante encontrar el amor de todos los ciudadanos que se divertían de vernos y escucharnos.

Tanto en Paseo de la Reforma, como en avenida Juárez, yo escogí dirigirme a los automovilistas. Un poco complicado ajustarse a los tiempos de los semáforos y dirigirse a las ventanillas abiertas para saludar y hacer la pregunta. En cada uno de los puntos encontré a personas afines y en contra de las uniones de personas del mismo sexo, en una proporción de 6 a 4. Entre las personas jóvenes era clara la aceptación y entre las personas de más de 50 años el rechazo.

La nota alta, forte y espeluznante me la dio un señor del tipo gentleman de las Lomas. Auto negro de lujo, ventanilla abajo que ya había escuchado de qué se trataba la manifestación de los de morado y que me saludó con el Chinguen a su madre todos los pinches putos… era obvia su postura, la instrucción era entregarle su tarjeta informativa. Aunque en realidad no me habían preparado para eso y pienso que tampoco el grupo estaba preparado para eso. El hombre tomó la tarjeta para aventarla al suelo de avenida Juárez sin dejar de de insultarnos pero avanzando pues tenía que hacerlo. Una de mis compañeras respondió verbalmente mientras yo me retiré a respirar y beber agua en compañía de mis amigos con quienes comenté lo sucedido.

Volviendo a la labor, regresé a mi cruce de Lázaro Cárdenas y Juárez en tanto observé que el gentleman que ya había dado vuelta sobre el Eje Central y detenido por el semáforo de 5 de mayo no me quitaba la vista. Agité mi corto, corto para recibir como respuesta una mentada con su puño.

¿Cómo reaccionar o enfrentar semejante acto de violencia? Poner la otra mejilla a la cristiana, dejarse vituperiar a la Gandhi o enfrentarlo sin violencia, pero con una acción colectiva de los compañeros manifestantes y demás ciudadanos, que sometiera su soberbia. Hemos visto en la tele, como esas personas que parecen abundar en México y que pertenecen a un estrato socioeconómico con automóvil, son harto difíciles de someter por la policía, aún en frente de una cámara y de la presencia social. El hombre que me insultó se fue encabronadísimo de nuestra existencia y de nuestro actuar. Creo que el señor Sacal, las ladies de Polanco, el gentleman de Portales y éste que conocí, son personas antisociales a quienes la sociedad no les ha dado su lección. Se vale disentir y no estar de acuerdo, pero no les hemos enseñado que la violencia verbal y física hace daño, pues hasta el momento ellos han obtenido defender su estatus, defender sus propiedades y defender sus ingresos. Les dejamos continuar con la excusa de que están enfermos y locos. No tenemos la voluntad de detenerlos.

El temor a la homofobia y su expresión violenta, fue la principal preocupación que ha tenido la familia que me quiere, desde que yo les compartí que soy homosexual. De mi propia familia, los que son homofóbicos, he recibido tolerancia y algo de respeto, aunque poca solidaridad pues sus miedos les impiden convertirse en defensores de mi libertad.

Es tan importante asumir posiciones y tomar partido en la vida, que esa es mi principal invitación, porque sólo a partir de ellas se puede establecer un diálogo constructivo con el que piensa diferente, creo yo. Quienes se escudan en la indecisión, en la indefinición y en la indiferencia son quienes propician que las cosas sigan igual y se degraden, pues aparentemente la capacidad de indignación no la cultivan a partir de que mientras no sean despeinados, serán indolentes al sufrimiento del prójimo.

La tarjeta informativa concluía que ser una sociedad más sana y justa, depende de cada uno de nosotros. Nuestras actitudes diarias pueden hacer un cambio significativo en nuestro entorno para evitar que sigan ocurriendo hechos de violencia o discriminación contra personas inocentes y dignas de respeto.

feacebook  reaccionamx
tweeter @reacciona_mx

lunes, 7 de mayo de 2012

G NATURA


Mis más sinceras condolencias porque hay personas que han mutilado el nudismo en GNatura.

Desde que los conocí, cuestioné el grado de convencimiento que los participantes tenían sobre ser nudista y practicarlo como ejercicio consciente de libertad. Fue durante una caminata en La Sierra de Guadalupe. No fui testigo, pero supe que al comenzar a desnudarse en la cima, otro grupo de paseantes sorprendió a los chicos de GNatura y rápidamente volvieron a vestirse.

No pasaría mucho tiempo sin que sucediera el escándalo cibernético de acusaciones e insultos por no cumplir la regla de desnudez durante el aniversario once.

Con el trato y el entendimiento de las dinámicas del grupo, y por la convivencia con algunos de sus integrantes aprendí que la diversidad con la que se conforma, da origen al vaivén del cumplimiento o incumplimiento de la regla básica de permanecer desnudo durante la convivencia, y al estar inmersos en una sociedad que estima muy poco el cumplimiento de las reglas, pronto saltan a la vista quienes incumplen con toda impunidad, quienes pretextan fríos y quienes no tenemos valor civil y reconocimiento de autoridad para hacer cumplir la regla.

También aprendí que muy pocos tienen la voluntad o la energía para convencer de un cambio, y aspiran a que cada una de las personas de nuevo ingreso, se integre previamente convencido de estar desnudo, por lo que no existe ningún sistema educativo que aumente la confianza en la desnudez y fortalezca los pensamientos favorables para la práctica del nudismo participativo.

Creo que algunos de los participantes pagamos el precio de estar desnudos para tener acceso al grupo y las posibilidades de convivir, para mí en particular es un bajo precio pues creo que he sido muy fácil para el encuere, pero para otros no es así, por lo que constantemente tienden a vestirse a la menor oportunidad. Estoy seguro que otros, en particular los fundadores no pagan ningún precio, justamente fundaron GNatura porque tienen muy bien interiorizado el valor y la satisfacción de convivir sin ropa y en ellos he sentido ese desgano por difundir la filosofía hacia nuevas personas.

En este último aniversario, tuve la oportunidad de observar tres comportamientos que  quizá explican por qué es que algunos participantes rompen la regla, sin ningún malestar por infringirla. Uno es el caso de quienes atribuyen a la ropa el fetiche de hacerlos sexy. Me acuerdo en este momento de quien argumentó un día que quería modelar su colección de calzones de baño. Y esto es sencillo de percibir cuando la trusa que se ponen tiene particular diseño o marca o sin ser calzón, utilizan el pareo en coqueto trenzado sobre la cadera.

El segundo tipo de infractores al nudismo surge de quienes tienen cierto pudor sobre alguna de sus partes, y no me refiero sólo a genitales, pues conozco algunos chicos que quieren ocultar hombros o torso, y nada tiene que ver con fealdades ni tamaños. Cada quien sus telarañas.

El tercer caso, es el de los que nos sentimos muyers, y que gozamos la sensualidad de las telas, el roce con nuestra piel y las corrientes de aire surgidas de un faldeo o de una tela vaporosa. Y no es que sea privilegio de ellas, es porque somos hombres que nos damos esa libertad sensual, que los machos se mutilan, aunque sean gay.

En fin. GNatura ha cumplido doce años en los que han sucedido cambios en México hacia las personas homosexuales. Yo no tengo la experiencia de este cambio, salí del closet en esta nueva era, aunque reconozco que los nuevos vientos sólo han beneficiado a la población del Distrito Federal. Pero el nudismo es un tema aparte y parece tener retrocesos, cada vez, menos espacios. Se requiere de nudistas convencidos para ampliar los espacios de convivencia. Hoy día, la lucha contra el consumo de combustibles a través del apoyo del ciclismo, abre una puerta para la convivencia al desnudo, porque es un mecanismo de expresión que pretende generar impacto en la sociedad.

Creo que el futuro del nudismo se construirá de un ejercicio más frecuente y diversificado hacia actividades complementarias, como el ciclismo, pero que tienen que ser el canto, el baile, la cocina, el excursionismo, la política y las que ustedes propongan e inventen.

GNatura se ha quedado en el closet, como un club privado sin actividades en público y en donde aprendemos poco sobre nuestros derechos como mexicanos nudistas. Es probable que su ciclo haya concluido, ojalá y no. Sólo si la Tierra nos da oportunidad después de este año veremos.

Ya ni hablar del Naturismo, del que al parecer, sólo sobrevive el nombre.

Según Wikipedia

El nudismo es la práctica por parte de grupos de personas (nudistas) de distintos tipos de actividades desnudos, generalmente en público. Si bien en la definición de nudismo se añade una referencia al respeto por la naturaleza (naturismo), casi todos los grupos que se autodefinen como nudistas simplemente tratan de expresar en libertad su derecho a estar desnudos. El nudismo considera que la prohibición moral de la práctica del desnudo público es origen de problemas psico-emocionales, entre los que se encuentran falta de autoestima, pobre autoimagen corporal y morbo sexual.



martes, 1 de mayo de 2012

Bodas gay, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo



Por lo que se refiere al enlace matrimonial entre un hombre y una mujer, hay siglos de evolución y cambios, por lo que está muy difundido lo que una pareja debe hacer si tiene el deseo o necesidad de casarse, por la ley y por la iglesia.

Hace apenas una quincena me tocó conocer cómo se realizaba un enlace en la Colombia de 1810, bajo las leyes españolas, entonces Virreynato de la Nueva Granada. Sólo podía realizarse previa autorización de los padres de los contrayentes, que bien podían haber acordado y negociado el enlace, desde la infancia de los sujetos al matrimonio. Eran establecidos los importes de la dote que los padres de la mujer pagarían a los padres del varón, y las fechas de las parcialidades. Existían promesas escritas de matrimonio, por lo que las cartas de amor podían tener consecuencias jurídicas sobre las personas. La entrega de la dote era verificada por una autoridad real y se realizaba en una ceremonia completamente patrimonial ajena al ritual religioso católico. Si por alguna razón el matrimonio no sucedía, por razones de rechazo o por razones de pérdida de la virtud – virginidad, existían indemnizaciones.

Ya en mis tiempos, he conocido de los matrimonios en donde sin haber tales negociaciones entre familias, sí se le da prioridad al enlace civil, para poder hacer trámites de índole patrimonial, como la adquisición de una hipoteca mancomunada entre los contrayentes.

También me ha tocado saber que al no existir el divorcio en todas las religiones, existe la posibilidad de bendecir un segundo enlace matrimonial bajo las reglas de otra iglesia.

Al parecer, en México, el enlace matrimonial religioso entre personas del mismo sexo, surgió antes de que el Estado lo reconociera, y tiene ya tiempo de establecido en la Iglesia de la Comunidad Metropolitana.

Esta institución surge de la tradición cristiana protestante en donde el vínculo entre el ser humano y su creador se establece sin intermediación de instituciones o sociedades eclesiales jerarquizadas, es decir, al surgir la Protesta contra el poder de Roma, surgen las iglesias protestantes, en cuyo fundamento está el no continuar con el tributo económico al Vaticano.

También, como otro ejemplo de ruptura con la Iglesia Católica está la historia del monarca inglés, que para conseguir el divorcio, fundó la Iglesia Anglicana, de la que los monarcas son jefes. Entiendo que dentro de su tradición existe también el ministerio religioso a cargo de las mujeres.

De tal suerte que en la realidad homosexual mexicana, hay una enorme mayoría de personas creyentes entre las que tuve la oportunidad de conocer a la comunidad Emaús, hace ya algún tiempo y quienes surgen, pero independientes, de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana. De esta última me tocó presenciar una ceremonia de matrimonio entre dos chicos con una relación de más de una década y que finalmente habían realizado su enlace civil en la Delegación Coyoacán.

Como es acostumbrado, una boda gay es idéntica a las que yo conocía antes entre mis familiares y mis amigos. Hay un jardín de fiestas, un banquete contratado y un equipo de sonido para guiar los tiempos y actos del enlace, del banquete y del baile. Hasta hace muy poco un lustro o dos, la Iglesia Católica dejó de bendecir bodas fuera de sus recintos oficiales, jardines o playas de México, sin embargo me ha tocado ver el sincretismo de una boda religiosa dirigida por un sacerdote católico perteneciente a la Teología de la Liberación en medio de un jardín, y otros más en donde el jardín de fiestas cuenta con una “Capilla” y un Juez Civil realiza ahí la ceremonia matrimonial.

¿Y cómo es una boda religiosa entre personas del mismo sexo? Pues la oficia un pastor, ministro o sacerdote cuyo amaneramiento delata su homosexualidad y del que no me interesa si es casto o no, pues en el caso de los ministros y pastores está permitido tener vida sexual.

Se viste como su investidura lo acostumbra en la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, y dispone un ritual que incluye lecturas bíblicas en donde se cita el amor homosexual, comienza y finaliza con un Padre Nuestro, incluye bendición del enlace y los objetos que lo representan, tales como anillos y arras, y la conmemoración de la última cena con la ceremonia de consagración del vino y del pan con el que comulgan los que así lo deciden. Es pues una ceremonia prácticamente igual.

Aunque vale destacar las grandes diferencias. Es un acto tan valeroso como las bodas que realizaba y bendecía San Valentín en tiempos en que Roma prohibió que sus soldados cristianos se casaran.

Y queda plasmado en las palabras, más menos, que el sacerdote dijo en el momento de explicar a la concurrencia lo que era la ceremonia de unión de dos personas del mismo sexo ante Dios: Es un acto de gran valentía, porque ustedes están hoy aquí, frente a Dios compartiéndole, expresándole, y reconociendo el amor que tienen uno por el otro. Yo les bendigo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

Y no sé si perciban lo que significa y ¿por qué es un acto valiente decirle a Dios que amas a una persona de tu mismo sexo? Para un ateo como yo, que no tiene temor de Dios, como era la costumbre enseñar en el México del siglo XX, no tendría emoción alguna.

Pero para quienes fueron criados y educados en la fe, con la enseñanza de que el amor homosexual era mal visto por Dios y por sus Iglesias, y que tiene en muchos creyentes que repiten la frase de que Dios quiere a los pecadores y abomina el pecado de tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, y peor aún, con personas del mismo sexo.

Y si a esto, algunos agregan que el castigo será eterno a partir del día del Juicio Final en la nada o en el Infierno

Pues cada homosexual creyente para desbaratar ese aprendizaje, tendrá que reconstruir y fortificar toda la humanidad de la que es capaz para no juzgarse y ser libre. Entonces, reconociendo lo constructivo de su amor, hacer la manifestación sincera y profunda frente a su Dios, del que tiene por otra persona de su mismo sexo, sabiendo que todas las directrices que le habían dado, las habían comunicado humanos que interpretaban las escrituras a su corto entender o a su conveniencia, y que nadie es digno de juzgar y mucho menos de amenazar o acusar, pues el Juicio sólo le corresponde a Dios, y sólo entonces cada uno de los creyentes será evaluado.

Pecar o destruir, es muy sencillo cuando no se invita al Dios creador. A mí que soy ateo me lo han dicho muchas veces, que en cada acto constructivo que yo realizo, el Dios de quien me lo dice, está incluido porque de no estarlo, realizaría actos de destrucción. Si yo equiparara el acto sexual entre personas del mismo sexo como un acto que destruye, como un pecado, porque así insisten en calificarlo muchos de los creyentes que conozco, al invitar a su Dios, los homosexuales creyentes están convirtiéndolo automáticamente en un acto creativo, edificante de sus espíritus, y dejan en manos de su Dios su Vida Eterna, o sea su destino después de morir, en el tiempo de la resurrección de los muertos. Luego entonces, es el mayor acto de valentía que un creyente puede tener, aceptar el juicio divino.

Y claro, en esta sociedad que tanto se ocupa de juzgar la intimidad del prójimo, el enlace entre personas del mismo sexo, seguirá siendo un acto de valentía.

sábado, 7 de abril de 2012

¡Santo jueves Batman! Aires de protesta


Recordando a quienes se quejan de todos los protestantes, que si por las marchas, que si por irrespetuosos, que si los plantones, etcétera, aquí la anécdota sobre una católica con tintes de protesta.

Una amigatza, vecinatza, a quien quiero mucho, me dijo que iría este jueves santo a la Catedral metropolitana a recibir los santos óleos como se los había anunciado el sacerdote a cargo de la parroquia de la colonia Nueva Santa María, y que es la iglesia a donde ella acude con regularidad.

Como la misión implicaba estar a la espera de la apertura desde las 7 de la mañana, y yo sin años de visitar tan majestuoso edificio, quise acompañarla. Llegamos una media hora después y la fila ya contaba con unas 40 personas recargadas en el atrio. Principalmente mujeres mayores de 50 años, algunas muy arregladitas y algunas otras uniformadas de blanco y con corbatas o mascadas amarillas al cuello.

Mientras hacíamos la fila entre la prole, preguntaba a mi amiga ¿dónde estaría la fila VIP?, si bien nosotros estábamos apostados en la puerta principal, yo se que la iglesia tiene pasión por los títulos y las clasificaciones de cada uno de los mortales. Como he visto, con estos ojos que se han de tragar los gusanos, al Cavernal Norberto salir por la parte de atrás con sus guaruras en sus camionetotas, supuse que la entrada VIP sería por allá mismo.

En punto de las 8 abrieron la puerta del atrio para permitirnos la entrada para lo que inmediatamente los cuerpos de seguridad en trajes azul oscuro se aprestaron a apostarse a lo largo de dos barandales de madera que impidieron el paso apenas a 10 metros de la puerta. Esa gente sembró el desorden que después les costó controlar, al querer ordenar en silencio y en una fila el acceso a las sillas formadas en el pasillo poniente de Catedral. Para este momento ya estaban haciendo valla los uniformados amarillo y blanco, para proteger el cuerpo central en donde están algunos altares, el órgano y el coro, y la cátedra donde oficiarían la misa.

Pasados los jalones y la arrebatadera de sillas, gané un asiento para mi amigatza. Yo observaba a los feligreses. Había quienes lucían enfermos, otros en silla de ruedas, muy pocos, la mayor parte eran esas mujeres mayores, algunas por grupos y que me recuerdan a Perpetua, la hermana de Antonieta Do Agreste en la telenovela brasileña Tieta. Algunas mujeres de 50 años corrían como niñas de 10 años, gustosas de sus encargos o encomiendas cruzando las aduanas dispuestas por el equipo de guardias. Ni idea de cuál era su papel, pero retrataban muy bien a las ratonsitas de iglesia, como algunos las conocen.

Yo, que he estado en innumerables misas desde que era niño, por primera vez comencé a sentir el estrés por saberme diferente y hasta contrario al credo de quienes ahí estaban. Mi disposición para conocer y observar el edificio, su mobiliario y la ceremonia, se agotó. Preferí moverme y despedirme de mi vecinatza para tener oportunidad de salir en cuanto me sintiera agobiado.

Aproveché para ver si podía recorren el pasillo oriente, y observé cómo había sido dispuesto un filtro en la entrada por donde habíamos entrado. El filtro separaba a la prole como yo, de los invitados VIP que estuvieron siendo custodiados por una nueva valla de voluntarios de blanco y amarillo por la que eran guiados a sus asientos en el ala oriente de Catedral.

Entonces intenté regresar, había ahora más gente y estábamos cerca de las 9, hora en la que supuse comenzaría la ceremonia religiosa. En efecto, el sonido local anunció el comienzo dando la bienvenida a los sacerdotes de la arquidiócesis y al jerarca a cargo, a quien le antepuso cerca de 5 títulos entre los cuales estaban excelentísimo y doctor, Norberto Rivera. Antes de él entró una corte de cerca de 20 religiosos, como sacerdotes de sotana blanca.

Antes de esto, estuve observando con mi don detecta gays, poco desarrollado por cierto, a todo el cuerpo de varones que dirigen, administran y laboran para la Iglesia Católica. Hasta en el cuerpo de seguridad observé amaneramientos femeninos, en voz, en gesticulaciones y en andares. Algunos acentuados por las faldas de las sotanas y las fajas o cinturones, cuyas cintas pendoneaban al caminar. Percibí un mundo muy homosexual entre los sacerdotes, supongo que todos castos como lo decidieron al inicio de su ministerio. 8 de cada diez me hicieron sentir eso y de pronto imaginé que en una sociedad que no reconocía y que incluso sancionaba con el menosprecio a los varones homosexuales, la ocupación religiosa servía de salvavidas para no tener que explicar el deseo de convivir preferentemente con varones y de no desear sexualmente a las mujeres.

Quizá tenga cierta relación la disminución de vocaciones religiosas, con el aumento de la libertad de pensamiento y las libertades sexuales en la sociedad mexicana.

Por último, el inicio del rito de la misa, que yo creí que sería extraordinario por contar con una orquesta y un coro, y por el que me quedé a observar desde el centro del pasillo poniente, resultó en una huída apresurada tras la primera santiguada con la señal de la cruz, pues yo no la hice, siendo el único en tal situación y al escuchar el yo pecador con su triple “por mi culpa” en un volumen por arriba del promedio de lo que he escuchado en otras misas.

Escuché mientras salía, el coro, compuesto en un 100% por varones. Me pareció el colmo de la misoginia de la estructura jerárquica, pues las voces agudas o femeninas estaban a cargo de un coro de niños. Pareciera aún un sueño que las mujeres católicas cobraran el peso relativo que el Catolicismo les dio en el Judeocristianismo, cuando exaltó la importancia de la Madre de Jesús y el relativo reconocimiento que Jesús hizo a Magdalena.

Si bien mi aventura en la Catedral metropolitana aquí terminó, el epílogo de esta historia fue que los santos óleos fueron entregados sólo a aquellas personas que previamente habían comprado su kit respectivo, por lo que mi amigatza no pudo recibir ninguna unción. Este hecho trajo a mi mente la venta de indulgencias, y la mentada anécdota en la que Jesús expulsó a los que vendían los animales que serían ofrenda en el Templo de Jerusalém.

Cuando pregunté a mi amiga si había disfrutado la misa, la ceremonia, el resultado resultó no positivo, pues dijo que el sonido local no fue claro, que jamás pudo ver el rostro del Cardenal Norberto y que sólo había comulgado. Este hecho me hizo preguntarle si se había confesado antes o sólo arrepentido de sus faltas, a lo que me dijo que ella jamás se confiesa con un humano, que ella reconoce sus faltas y hace acto de contrición. Fue entonces que percibí una católica con aires de protestante, de los que tenemos muchos en México.

Marra-Kitsch en viernes de dolores y sábado de gloria


El primer antro que conocí después de haberme declarado hombre gay, fue al que me llevó el admirado Alf, un febrero de 2010. Marrakesh en la calle de República de Cuba. Atestado de gente, me proveyó una primera bocanada de olor a transpiración masculina de 24 horas. El contacto corporal tipo metro en hora pico al ritmo de la música de moda, es lo mismo un atractivo para personas necesitadas del roce sensual con otros de su misma especie, como un defecto para quienes gozamos del baile de pareja. Marra permite el baile tumultuario, que visto a través de los monitores de las cámaras de seguridad del lugar me recuerdan los movimientos de un cardumen de arenques pero ralentisados con un efecto de cámara lenta.

Mi exAmorosito lo calificó como un lugar muy Kitsch, palabra que aunque es de origen yidish-hebreo no me explicó, sino hasta que JuanC me señaló el candil de cristal cortado, los bajo relieves de la barra y el resto de la decoración del sitio y que combina adornos fuera de lugar, de supuesto lujo y fuera de época. Entre otras cosas hay el cofre de un Vocho abollado que está como plafón en el techo, una foto mural de un grupo de militares en la plancha del Zócalo al pie de Palacio Nacional y con un hombre desnudo frente a ellos, pero volteando a la lente.

Hay una famosa foto de un grupo de homosexuales de los años 40, que visten pantalón bombacho de la época del mambo en sepia. A la salida hay un cartel que agradece: Gracias por su preferencia sexual, aunque lo más correcto sería decir "orientación", el juego de palabras está muy bien empleado para un sitio de reunión de hombres gay, mujeres lesb y bugas (hétero) respetuosos y de mente abierta.

También emplean un video proyector que plasma en la parte alta de uno de sus muros alguna película, seleccionada de misteriosa forma, salvo ayer viernes santo. La proyección fue el hiperlargometraje Los diez mandamientos. Yo, mientras bailaba al ritmo del cardumen de humanos, reconocí la escena en donde Dios abre las aguas del Mar Rojo para permitir el escape del pueblo hebreo, del esclavismo egipcio.

8span style="font-family: Arial, Helvetica, sans-serif;">En ese momento comenzó mi enorme asombro de esa noche.

Un antro libre, predominantemente gay, en donde se respeta no fumar tabaco en el interior, proyectaba en gran formato Los diez mandamientos, entre los cuales no hay la específica prohibición de que un varón tenga sexo con otro, salvo la ambigua y amplia restricción de cometer impurezas, que es algo así como coger sin condón. Y vaya que las consecuencias de nuestras faltas, las pagamos en esta VIHda.

Para mis adentros, me preguntaba sobre lo que estaban pensando o sintiendo aquellos que siendo homosexuales, hubieran sido educados bajo los lineamientos religiosos que condenan el sexo entre personas del mismo sexo. Nada del otro mundo, lo mismo que los homosexuales ateos como yo, que fuimos metidos al closet en aras de estar protegidos de una sociedad machista y homófoba.

La segunda sorpresa fue que me pusieran a bailar la tan aborrecida, por mí, canción de La guadalupana, la guadalupana, del Tepeyac... pero que gracias a la versión pop de Televisa y sus estrellas alcanzó la dignidad para ser tocada en el MarraKitsch. Muy pop, muy bailable, muy cantable, sobre todo por el efecto de la voz de Emanuel.

La tercera y la cuarta vinieron de un performance en donde un chico con túnica a la usanza de las películas sobre Judea, en los tiempos de Jesús, con barba como el nazareno, subió a la barra donde los Gogodancers hacen espectáculares bailes y los estripers otro tanto, para bailar a ritmo de Jesucristo Superestrella. Eran las dos de la mañana, tiempo de salir para volver a casa a dormir, ya en sábado de gloria.

A mí me enseñaron a respetar al Dios de mi tía Chitas, con una bofetada, pues yo había exclamado ¡pinche dios!, por estar harto tras un rosario en el panteón de mis abuelos. No por eso mamá coartó mi libertad de expresión y de crítica, al contrario.

Mi pensamiento iba de las preguntas sobre cómo se sentían los demás, a la observación del ejercicio de libertad de expresión y que los regímenes totalitarios como los Estados teocráticos impiden. Podría parecer una apuesta del antro hacer este espectáculo, aunque sus anuncios anticipan lo que ahí se vive, y la población que acude, busca ese momento de liberación de lo que nos ha significado represión, ataque y menosprecio a nuestra escencia. No necesariamente surge la consciencia liberadora de los individuos, ni una fuerza colectiva que reivindique los derechos civiles de quienes asisten. Es simplemente un acto catártico.

El Marra-Kitsch hizo que moviera todas y cada una de mis células.

lunes, 19 de marzo de 2012

Partido Acción Nacional marzo 2012


Hoy escuché a Carmen Aristegui con Sergio Aguayo y Lorenzo Meyer. Hicieron historia sobre el PAN, dado que hay irregularidades en los procesos internos del PAN y que tiene una denuncia en Chihuahua en boca de Javier Corral, otra en el DF en boca de Lía Limón y una más a nivel nacional con el hijo de Clouthier.

Y la historia larga y muy olvidable, a ver si la puedo recordar brevemente:

El PAN nació como una respuesta del conservadurismo hacia las políticas cardenistas. Su bandera fue la democratización y la defensa de esos valores conservadores. En 1982-1986 con la debacle financiera nacional y las inflaciones galopantes, y las estatizaciones de Echeverría y López Portillo, un grupo de 3000 empresarios y administradores de empresas del bajío y norte de México decidieron poner un hasta aquí a los ineptos y corruptos priistas, y en lugar de formar un partido, se introdujeron para aprovechar en las estructuras del PAN.

En 1988, frente al fraude electoral salinista, perpetrado en perjuicio de Cárdenas, el PAN tuvo una disyuntiva profunda, aliarse con el heredero del enemigo original, o negociar con el ilegítimo Salinas. La disyuntiva estuvo encabezada por un lado por Maquío que sugirió el Gabinete alterno (el equivalente a la presidencia legítima de AMLO) y por la otra Diego Fernández con el surgimiento de las concertacesiones.

Así, los priístas de Baja California, que basados en el fraude nacional saldrían a celebrar su "triunfo", tuvieron que tragarse su ambición obligados por la concertacesión entre Salinas y el PAN. La primera gubernatura en la oposición y un sexenio asesinando cardenistas, alrededor de 400.

Un teórico de la política, Max Weber, afirmaba que había dos tipos de políticos. Los que vivían para ella y los que vivían de ella. Fue en este periodo salinista donde se afianzó dentro del PAN, la corriente de neopanistas pragmáticos, entre ellos Fox, que vieron en la política y el poder, un medio económico.

Es innegable, que la cultura corporativista y corrompedora que impulsó o impuso el PRI en 7 décadas, permeó en muchas de las conductas de la sociedad mexicana. Ningún partido político ha logrado escapar a esa dinámica, a ese hábito. La prueba más nueva y evidente, fue la toma de posesión de Josefina, en donde se hizo patente que el último heredero de esas prácticas sería el PAN.

En ese sentido podríamos sentirnos perdidos, pues la clase política en general, vive y convive con esos vicios. Lamento que no puedas refugiarte en la esperanza que me inspiran personas como Héctor Bonilla y Epigmenio Ibarra, entre otros, y que no implica una esperanza a secas, sino con mi compromiso de reforzar la transformación de esta sociedad conservadora. Un ateo, prosocialista, homosexual difícilmente tiene cabida en una sociedad apegada a valores religiosos. Mi esperanza en impulsar la candidatura de AMLO y en general las causas o reformas que el PRD instrumentó en la capital de la República, es una condición de vida. No estoy por la persecución religiosa, ni contra la libre empresa, pues la mayor parte de la gente que conozco cree en un poder superior, y no entienden una sociedad sin iniciativa privada y recompensa al capital.

Si no es AMLO, porque vuelvan a impedir el reconocimiento del voto ciudadano, estoy confiado y seguro de cuáles son las causas y razones que me mueven hacia esos políticos de izquierda. Yo sigo viviendo y expresando mis ideas de libertad y de equidad, entre familiares y amigos machistas, sexistas, religiosos, que tienen hoy día, ideas contrarias a las mujeres, a los ateos y a los homosexuales.

sábado, 10 de marzo de 2012

Matrimonios en conserva


Sabemos que la sociedad mexicana es conservadora, sin embargo, se ha tragado completitos y como supositorios, los cambios progresistas que nos han traído mejoras en la calidad de vida. Pienso en los independentistas mexicanos, que abolieron la esclavitud mucho antes que los gringos se desgarrasen por esa decisión. Y que sin embargo tuvieron bandos como el de Iturbide, con la puntada de fundar un imperio en lugar de una República.

Luego vino la laicidad del Estado, diseñada por Juárez y su grupo de Reformadores, un segundo supositorio para la Iglesia Católica. En el primero, esta iglesia que no es de una sola calidad, había tenido clérigos liberales indignados por la opresión y el clasismo imperante, cercanos a las necesidades humanas de los mexicanos, y también la alta jerarquía y la dirigencia en Roma que no tuvo mayores contratiempos financieros ni políticos.

Pero los acicates impuestos por los Reformadores mexicanos, fueron duros contra los inmensos terrenos de esta Iglesia, aunque no se logró cortar el yugular flujo de dinero al Vaticano, por lo que su patrimonio apenas sufrió una mínima merma. Adicionalmente se le limitó, más no se le extinguió, el poder social que ejercía sobre las relaciones interpersonales de los mexicanos. Fue entonces que surgió el Registro Civil, para otorgar al casi total de los ciudadanos, documentación que acreditara su nacimiento y muerte, así como sus relaciones de pareja y otros asuntos en materia de bienes y derechos entre las personas.

La sociedad conservadora, si bien siguió resistiéndose por décadas al cambio, se fue sujetando gradualmente al desvanecimiento del supositorio en que dejó su dureza inicial para convertirse en una crema que finalmente terminó de absorber en su totalidad. Mi abuela todavía condicionó a mi abuelo para no vivir juntos, en tanto no tuvieran la bendición de su Iglesia. Para colmo, les tocó casarse durante otro de los berrinches de esta importante institución. El cierre de templos como protesta contra la enseñanza pública, laica y pro socialista que el Estado Mexicano instrumentó a principios del siglo XX, para aplicar lo dispuesto por la Constitución de 1917. No se casaron dentro de una iglesia, sino en la casa de un sacerdote y el matrimonio civil lo firmaron hasta que hubo necesidad de registrar a su primogénita.

A fines del siglo XX, observé a los fieles católicos mexicanos, anticiparse en su matrimonio frente a la autoridad Civil, para hacer diferentes gestiones patrimoniales, dándose de facto lo que en mi parecer es ideal. Los asuntos de la tierra, los asuntos del hombre deben tener un marco regulatorio independiente del credo o religión, para dar un trato igual.

La figura del divorcio, aunque existe desde el Imperio Romano, no surgió en el derecho civil mexicano con la Reforma, sino hasta 1915, mucho antes que en España, donde gracias a la alianza de la Iglesia Católica con el dictador Franco, el divorcio fue instrumentado hasta el final del siglo.

Es necesario reconocer que el enemigo a este tipo de progresos sociales no es personaje exclusivo de la Iglesia Católica, aunque sí es su más duro y fuerte actor, los hábitos sociales de discriminación muy arraigados tanto en la sociedad azteca como en la española, han sido el garante de estos vicios que degradan la dignidad humana. Este amor por la estratificación social, ha sido el gran obstáculo a minar en estos 5 siglos, y lo que nos queda.

El último supositorio suministrado a la Iglesia y a la sociedad conservadora mexicana, ha sido el Matrimonio entre personas del mismo sexo. Es claro que les produce irritación, ardor y comezón, la realidad de que el Estado reconozca finalmente la realidad humana, que por siglos se ha querido negar. Y como todo supositorio, el ano, diseñado para evacuar y no para deglutir, han buscado diversos argumentos falsos, llenos de miedo y prejuicio, para expulsarlo, anularlo y volver marcha atrás.

El último episodio, antier, lo vivió un mozalbete conservador que habló en la tribuna de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal. Por su inmadurez se permitió expresar su miedo y enojo con bajo lenguaje, argumentando la destrucción de la institución del Matrimonio, como el mayor daño hecho por un partido hacia la sociedad. Si hasta los panistas se apuraron a deslindarse, es porque se cagó en la leche, en Dios y en la cuna que lo meció, dirían los españoles. Más no debemos dejarlo pasar como una rabieta simple, pues aquel cierre de Templos de principios del siglo XX, fue también una rabieta institucional.

Sin poder escapar al escarnio público, el mozalbete de nombre Juan Pablo Castro, ha querido argumentar que no está en contra de la unión de personas del mismo sexo, sino en contra de que se le llame Matrimonio. Un argumento muy panista, pues fue el que ventiló el PAN con gran grito dentro del Congreso local y uno de los argumentos detrás de la impugnación que instrumentó Felipe Calderón a través de la Procuraduría General de la República ante la Suprema Corte de la Nación.

Buscando un poco, la palabra Matrimonio viene del latín Mater, que significa madre. Y en Roma, la mujer entraba en Matrimonio cuando alcanzaba el grado, condición, permiso de coger, o tener sexo, para procrear y convertirse en madre. Es decir, cuando se vinculaba con un hombre en plan carnal, y de frente a la sociedad.

Por lo que se refiere el matrimonio civil, indudablemente que existen disposiciones sobre la custodia de los hijos, que serían la parte matrimonial, sin embargo, muchas más de las disposiciones tienen que ver con la cuestión de los bienes, derechos y los dineros, o sea, la cuestión patrimonial. Existen las figuras de bienes mancomunados o separados, y el reconocimiento del vínculo por parte de las instituciones financieras o de seguridad social.

Si quisiésemos resolver todos los problemas sólo con el uso del lenguaje, como es el de que el matrimonio entre personas del mismo sexo no se llame así, para distinguirlo (que terriblemente ese es el afán de los conservadores) del de heterosexuales, podría sugerir el de Enlace Patrimonial.

Así, el Enlace Patrimonial tendría el apartado de matrimonio para las parejas que planeen criar una familia, ya sea por medios biológicos o el de la adopción, pues no todas las parejas quieren tener hijos.

Pero buscar estas curiosidades nos llevaría a querer dejar de utilizar la palabra Mujer, por su origen discriminatorio, o Femenino, por la misma razón. Ya la sociedad francesa ha desterrado, en el ámbito judicial, la utilización de la palabra Mademoiselle o Demoiselle (Señorita) por criterio similar, y que es la alusión a su condición de soltera o virgen, para distinguirla del trato de los hombres que tenemos el derecho de no guardar la virginidad.

Creo que los conservadores deberán esperar a que se les desbarate la dureza del supositorio que implica el matrimonio entre personas del mismo sexo, por lo que se refiere a la Ciudad de México, y deberán prepararse en el resto del territorio nacional, aflojando esfínteres para no sufrir, cuando la cobertura de la igualdad entre homosexuales y lesbianas con heterosexuales alcance a todo el país.

El matrimonio católico concebido para toda la vida entre una pareja de hombre y mujer (que pueden ser de orientación homosexual, porque vaya que hay muchos casos) es una realidad para quienes así lo decidan, pero no tiene por qué ser aplicable para todos. Ya los anglicanos tienen instituido de origen el divorcio, y pronto habrá religiones que quieran bendecir las uniones entre personas del mismo sexo.

La figura civil es trascendental para la sociedad, pues cobija a todos, sin distinción hasta ahora en el DF. Es tiempo de que no creyentes y creyentes de todas las religiones acepten que las leyes son para todos y que la aspiración a igualdad entre los humanos es legítima desde el comienzo de los tiempos, aunque las instituciones de poder se han esmerado en crear falsas diferencias hasta la fecha.